Visto en: El Mundo.es
Una exposición recupera materiales didácticos (Horario)
Una mirada retrospectiva a la escuela franquista
* La exposición reúne materiales didácticos y educativos de entonces
* Se repasan conceptos como la 'permanencia' o sobresueldo al profesorado
* Libros, carteles, fotos y material escolar sirven de ambientación
José A. Cano | Granada
Actualizado domingo 02/01/2011 10:43 horas
El aula la presidían una foto de Franco y otra de José Antonio a ambos lados de un crucifijo, todos cursaban 'Formación del espíritu nacional' y las niñas se examinaban aparte de 'Labores femeninas'.
Los murales de clase trataban sobre la conquista de América como forja de un imperio, en términos muy lejanos de lo que hoy llamaríamos políticamente correcto, y en ningún pupitre faltaba un catecismo.
Eso sí, la figura del maestro estaba investida de una autoridad que alguno envidiará en retrospectiva y que ningún padre se atrevía a discutir. Entre otras cosas, porque la familia encaraba de otra manera una escolarización en la que a veces los hermanos heredaban unos libros que, precisamente por eso, cuidaban.
Era la escuela de la posguerra y del desarrollismo, la escuela de Franco, que la Biblioteca de Andalucía recuerda en la exposición 'Memoria de la escuela (1940-1975)', hasta el próximo 29 de enero. Organizada por la Consejería de Cultura y el Pacto Andaluz por el Libro, la muestra trata por igual de acercar el periodo histórico a la mentalidad de los escolares de ahora como hacer énfasis en la evolución de la enseñanzar en los últimos 70 años.
La sala de exposiciones ha recubierto sus paredes con fotos de la época -las tradicionales de niños en el pupitre con el mapa al fondo-, murales, diplomas y elementos habituales del aula de posguerra. Desde calendarios que señalan el cumpleaños de El Ausente (José Antonio Primo de Rivera) como efeméride nacional hasta normas de urbanidad en la mesa.
No faltan tampoco carteles didácticos con enseñanzas que para el estudiante de hoy pueden parecer tan exóticas como la lista de los reyes godos. En otras materias, cambiaba el enfoque más que el contenido. En las ciencias puras, por el simple avance de la técnica y los presupuestos educativos. En las de ciencas sociales, por otras razones.
Igualmente se recuerdan prácticas como las llamadas "permanencias", recordando que aquellos maestros tan respetados tenían serios problemas para mantenerse con sus exiguos sueldos. La administración regulaba entonces un sobresueldo, una paga que las familias podían abonar a cambio de que sus hijos permaneciesen más horas en clase y a la que, claro es, no todo el mundo podía hacer frente.
También había carencias entre los propios alumnos, sobre todo nutritivas. La escuela aportaba su pequeño "complemento" en forma de leche, queso y mantequilla, procedentes a partir de los 50 de la ayuda americana, y que en la posguerra inmediata ni existían. La higiene también dejaba mucho que desear, y los materiales se reducían, en la mayoría de los casos, a un libro, un lápiz y un cuaderno.
Todo eso y más está presente en la exposición que puede visitarse en Granada hasta finales de mes.
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