lunes, 22 de junio de 2009

"Revisionismo" histórico


En su artículo "Critical Historical Revision and Political Revisionism" [en: International Journal of Iberian Studies, 21.3 (2008): 219-29], el profesor e historiador Enrique Moradiellos (Universidad de Extremadura) plantea algunas razones por las cuales España ha visto un resurgimiento de "revisionismo histórico," frase que tacha de inapropiada para explicar este fenómeno, dado que estos personajes no "revisan" nada, sino que recuperan y promueven vez tras vez los viejos y bien pisados temas de la dictadura franquista (220). Entre estos temas (no todos tratados por Moradiellos aquí) se citan frecuentemente la revolución de Asturias como causa de la GCE, la imagen de una II República fuera de control, incapaz de gobernarse a sí mismo ni a sus ciudadanos, y una dictadura light (la "dictablanda") sin la que, paradójicamente, España nunca habría podido entrar en democracia. Moradiellos identifica cinco factores para entender el fenómeno revisionista, y creo que merece la pena mencionar algunos aquí en relación a un artículo publicado hoy en el diario El Plural, sobre la conexión entre grupos y personas ultraderechistas y la querella contra el juez Garzón.

Según este artículo y otras fuentes, el juez que admitió la querella "tildó el levantamiento franquista de 'contrarrevolución' ". Ya se había revelado la falta de parcialidad del juez Adolfo Prego cuando se demostró recientemente que había firmado un manifiesto en contra de la Ley de Memoria; sin embargo, como apunta dicho artículo (citando datos aparecidos en Público), hay todavía más pruebas de su imparcialidad, tales como su apoyo público del golpe de 1936 y su alianza con "historiadores" como Pío Moa, cuyo libro popular (y pro-franquista), Los mitos de la guerra civil, vendió como loco hace unos años. No sé lo suficiente del sistema jurídico español para saber si el juez pudo haberse recusado del caso, pero a mi parecer, habría sido un momento adecuado para hacerlo. Saber todo lo que subyace la querella contra Garzón es lo que hace que la gente pierda fe en el proceso democrático y reaccione con un cinismo a todo lo que está remotamente relacionado con la política. Eso es precisamente lo que desean los "revisionistas."

El historiador Enrique Moradiellos explica que una de las estrategias de revisionistas es intentar establecer paralelos -- por curiosos que sean -- entre el pasado y la actualidad, para desacreditar los actores políticos del presente. Moradiellos cita las conexiones que hace Pío Moa entre octubre 1934 y noviembre 2004, durante el debate del Estatuto de Catalunya. Moradiellos observa que Moa vincula al Presidente del gobierno, el PSOE y la ERC con el inicio de la GCE en 1934. Reproduzco la cita incluida por Moradiellos, pero la traduzco aquí al español, ya que aparece en inglés en el artículo que comento: "The PSOE and the Ezquerra Republicana de Cataluña (Catalan Republican Left) planned and launched the Civil War in 1934. Two parties that are again reunited now. [El PSOE y la ERC planearon y empezaron la Guerra Civil Española en 1934. Dos partidos que otra vez están reunidos ahora]" (221). Es este tipo de vínculo que ha hecho el juez Adolfo Prego al firmar su nombre en el manifiesto en contra de la Ley de Memoria, añadiéndose a la lista de figuras "destacadas" como Jiménez Losantos y César Vidal. En este manifiesto, se "defendían que los golpistas no fueron quienes hicieron estallar la guerra, y cargaban la responsabilidad al Frente Popular, integrado según este documento por 'agrupaciones marxistas radicales, estalinistas, anarquistas, racistas sabinianas, golpistas republicanas y nacionalistas catalanas, todas ellas ajenas a cualquier programa de libertad'" (ver artículo en El Plural citado arriba).

Según Moradiellos, entre los otros factores que influyen en la creación del discurso revisionista son: los cambios demográficos (la nueva generación de "nietos" sin recuerdos directos de la dictadura) (222); la política de los años 90 (222); interpretaciones utópicas de 1931-36 y de los republicanos en la guerra (224); y los principios del movimiento para la recuperación de la memoria histórica (225).

Creo que en cierta medida se puede leer la querella contra Garzón como síntoma o efecto del discurso revisionista. Por supuesto hay muchos otros factores que impactan todo lo que ha pasado desde el auto de Garzón en octubre 2008 -- por ejemplo, la reputación del juez como "juez estrella," su involucramiento en casos que persiguen a políticos corruptos (el caso Gürtel) de la derecha -- pero es difícil entender la indiferencia mostrada hacia los colectivos y las verdaderas víctimas y la atención prestada a "Manos Limpias" (entre ellos, por el juez Adolfo Prego al admitir la querella en primer lugar) sin tener en cuenta esta observación de Moradiellos: "la llamada 'revisionismo histórico está jugando un papel protagonizador en intentar parar las demandas maximalistas del movimiento para la recuperación de la memoria histórica articuladas por víctimas de la represión franquista. Y lo hace por degradar el alcance enorme y la crueldad de los crímenes cometidos por el franquismo durante la guerra y la posguerra según la premisa de que eran partes de un proceso general de violencia 'en ambos lados y en términos casi iguales'" (226-227, traducción mía).

Como dije el otro día, la querella contra Garzón, y las especulaciones sobre qué puede suceder o no ahora, están enmascarando el asunto verdadero -- y mucho más importante -- aquí: se siguen ignorando a las víctimas del franquismo mientras que se concentra la atención en la "prevaricación" de Garzón. El auto de Garzón en octubre 2008 marcó un momento clave en la "recuperación" de la memoria histórica en España. ¿Está forzando las cosas decir que Manos Limpias y, por consecuencia, Adolfo Prego, están participando en un acto de "revisionismo" histórico para castigarle a Garzón y los que lo han apoyado? Garzón amenaza, aunque ya sólo simbólicamente, con la evidencia presentada en el auto sobre las víctimas del franquismo. Ahora lo único que se le puede hacer es pintarle a él como "criminal."

Moradiellos nota que más de un tercio de españoles nacieron en la democracia, así que no tienen ninguna experiencia directa con la dictadura (222). Las luchas revisionistas son luchas por la memoria del pueblo - si no se sabe o no se "recuerda" nada, se puede ir rellenando lagunas con la información equivocada y así crear y mantener la Historia preferida. Afortunadmente, en la era de la nueva tecnología, se puede exponer y difundir, a veces instantáneamente, información como la que tenemos sobre Manos Limpias y el juez Prego.

Si "revisar," según la RAE, significa 1. Ver con atención y cuidado. 2. tr. Someter algo a nuevo examen para corregirlo, enmendarlo o repararlo, es gracias a los testimonios orales y escritos y a la labor de asociaciones que se ha podido "revisar" una historia mantenida durante años de dictadura y hasta después. No se puede aceptar el "revisionismo" como el de gente como Pio Moa porque así, como explica Moradiellos, "we are again on the path already followed by our grand fathers: the dead as a weapon of self-legitimation and demonization of the enemy" [avanzamos en el camino ya establecido por nuestros abuelos: los muertos como armas arrojadizas de auto-legitimitación y demonización del enemigo" (227, traducción mía). La querella contra Garzón, y el hecho de que se admitiera por el TS, desde mi perspectiva es una querella contra todos los que están implicados en el auto sobre los desaparecidos del franquismo. No parece ser este detalle algo que le importa mucho al juez Prego.

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