Hoy se publica en El País una entrevista bastante extensa con Paul Preston, el historiador inglés que recién publicó El holocausto español, un tomo de más de 800 páginas. La primera parte de la entrevista se centra en la biografía del historiador y luego pasa a cuestiones relacionadas a la guerra.Vi el nuevo libro de Preston cuando estuve en España, pero no lo compré. Entiendo la necesidad de escribir tanto, pero hablando como una simple lectora, confieso que no leo un tomo así de largo desde La Regenta. Por eso me siguen esperando estos títulos: Los libros arden mal, El corazón helado, La noche de los tiempos e Inés y la alegría. Son libros que requieren una seria dedicación de tiempo y energía, y no soy la clase de lectora que lee rápidamente o que puede empezar un libro y dejarlo por un tiempo. Dicho todo eso, me interesaría saber la opinión de los lectores españoles sobre la obra de Preston (porque es diferente leer la historia del país de uno cuando se escribe por un historiador extranjero, o por lo menos, pienso yo). Por lo general, parece que la obra de los historiadores británicos ha sido muy bien recibida y respetada en España.
Cuando pienso en Preston, siempre recuerdo el momento en que levanté la cabeza al leer una ponencia en Gales y lo vi sentado justo enfrente de mí. No hablaré aquí de qué pasó después durante el intercambio de comentarios, pero me limitaré a decir que sobreviví felizmente el interrogatorio, aunque con las manos temblando y las palmas, sudorosas de nervios.
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