En una semana mi clase de literatura española va a comentar Nada (1944), de Carmen Laforet. He estado leyendo la obra por primera vez desde hace mucho tiempo y estoy más convencida que nunca de que nuestras lecturas cambian con el tiempo, porque muchos de mis apuntes de antes ya no tienen sentido para mí. Lo que no ha cambiado nada, sin embargo, es la sensación de ahogo, de vigilancia y de paranoia que reina en la casa de la calle Aribau.
Por casualidad, esta noche he encontrado en YouTube un fragmento de la adaptación de la obra, dirigida por Edgar Neville y estrenada en 1947, a 3 años después de ganar la novela el primer Premio Nadal. Los adjetivos del primer cartel cinematográfico podrían estar describiendo la novela: "Sombría, inquietante, crudo y enigmático. Un espectáculo que luego se recuerda intensamente, inolvidablemente." No sé si existe algún lugar donde se pueda alquilar o comprar esta película, pero valdría la pena verla algún día en su versión íntegra.
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