lunes, 11 de enero de 2010

Buenísimo post sobre Miguel Hernández en el blog "Súbete a mi nube"

Acabo de leer este post en el blog de Yolanda Alfonso Arenas, Súbete a mi nube, y pensé que merecía la pena ser compartido por su pasión y obvia admiración por el gran poeta Miguel Hernández:
No es significativo que en uno de los primeros actos de los programados para conmemorar el Año Hernandiano 2.010 no estuviera la clase política, el 9 de enero en el Teatro Circo de Orihuela, donde la compañía Jácara presentaba la obra "La sonrisa de Miguel" sobre la vida del poeta, no es significativo que en el aforo de la presentación de un poemario de otro "poeta" oriolano Miguel Barcala tuviera más asistentes fuera del lugar de la presentación, y en forma de protesta, que dentro del propio acto, ambos organizados por el Ilmo. Ayuntamiento de Orihuela, lo que sí me resulta sorprendente es que en el Teatro Circo no estuviera la Ciudad de Orihuela en el interior y en la presentación del poemario en el exterior a modo de protesta, un poemario donde se critica de modo directo al Presidente del Gobierno y se llama "asesino" a Santiago Carrillo.

Orihuela le debe mucho al poeta, este Año Hernandiano debería ser una oportunidad para que SU pueblo le devolviera esa deuda, para que aquéllos que permitieron por acción u omisión que muriera solo en la cárcel pudieran purgar su deuda y también la de sus descendientes en nombre de aquéllos, apellidos ilustres de la ciudad y prohombres que lo consintieron pudieran alabar y creer en la obra de Miguel Hernández.

Un pueblo que lo olvidó durante muchos años, y un centenario que no es sino reflejo de ese olvido. Porque donde no hay arrepentimiento no hay admiración, y donde no hay admiración reina el olvido. Los cobardes que te olvidaron, e hicieron que tu pueblo te olvidara, deberían pedir disculpas a TU pueblo.

Soy oriolana y orgullosa de ello, pero nunca en el colegio leímos tu obra, jamás hubo un colegio o una plaza con tu nombre, sí tuvimos en cambio, hasta el 2.004, un monolito de Franco, tu verdugo, en la Glorieta Gabriel Miró, junto a la todavía hoy calle Jose Antonio (Primo de Rivera), con flores cada 20 de noviembre, que todavía estaría allí de no ser por la Ley de la Memoria Histórica.

Afortunadamente los tiempos cambian, en algunas ciudades más que en otras, en las que parece que el tiempo se detuvo hace años. Ahora sí tenemos Colegio Miguel Hernández, incluso Universidad Miguel Hernández, calles, plazas, tus versos parecen de repente resurgir de ese consciente olvido, como si alguien al darse cuenta que eres reconocido mundialmente se debiera a sí mismo ese reconocimiento que siempre te negó tu pueblo. Marek Edelman, uno de los sobrevivientes del Gueto de Varsovia, acabó sus memorias diciendo que indiferencia y crimen es lo mismo, la tradición cultural ha cultivado y sigue actualmente cultivando la indiferencia sobre la obra del poeta. La Ley de la Memoria Histórica repara materialmente el mal, pero...¿cómo se repara el olvido?.

Miguel, como oriolana te pido disculpas, por no haber sabido de tí hasta hace muy poco, cuando la "censura" cultural de tu pueblo y el mío me lo ha permitido, y prometo que no volverá a pasar eso con mis hijos, aunque en su colegio sigan sin leerte.

Mis abuelos, vecinos tuyos, me contaban cómo te despistabas con tus cabras...siempre en las nubes, escribiendo no se qué..., pensando que nunca serías nada en la vida.., y así fue, porque moriste joven de tuberculosis en la cárcel de Alicante, donde te encerraron por "rojo" y nunca supiste que tú Miguel, eres admirado en todo el mundo, una figura esencial de la literatura española del siglo XX, mientras tu pueblo te sigue debiendo mucho...

Dos cosas caracterizan mi pueblo, una por ser una de las pocas localidades de España donde la alternancia política apenas ha existido, siendo gobernada prácticamente desde el inicio de la democracia por la derecha, y otra, la obra del poeta del pueblo: Miguel Hernandez, como siempre, el equilibrio es un Principio que toma las formas más misteriosas.

El pueblo de Orihuela merece ser conocido mundialmente por Miguel Hernandez y su obra, como efecto de una causa que todavía pervive.

¡ A los nietos de esa época: seamos sus piernas y sus brazos, seamos por fin SU PUEBLO!


Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad, siento más corazones
que arenas en mi pecho dan espuma a mis venas;
y entro en los hospitales, y entro en los algodones,
como en las azucenas.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñaran aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida;
porque soy como el árbol talado que retoño:
aún tengo la vida.

Miguel Hernandez (1910-1942)

1 comentario:

Viena dijo...

Comparto contigo en calificar de buenísimo el post que reproduces y que leí en su blog original. También soy oriolana y comparto todo lo dicho por Begoña. No todo su pueblo olvidó a Miguel Hernández.
Quizás también te guste ver esto:

http://www.saboresdeviena.blogspot.com/

Un abrazo.

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