Se integraron y, a veces, desaparecieron en un ambiente universitario como el norteamericano, muy aislado, poco abierto a la sociedad, como ocurre en Europa o en América Latina. Ellos vivieron en su mundo y algunos resultaron incluso incómodos porque, desde su absoluto compromiso con la República, mostraron lucidez sobre una larga pervivencia del franquismo. También es destacable que, a pesar de que muchos exiliados vivieron largo tiempo en EE UU, nunca llegaron a dominar el inglés, fueron bastante impermeables a la lengua de acogida. De cualquier modo, a partir de los departamentos de español, escritores como Salinas, Cernuda, Guillén y otros ejercieron una notable influencia sobre una generación de profesores norteamericanos que impartieron lengua y literatura españolas.Cuando se piensa en el exilio a Estados Unidos, creo que por lo general, uno tiende a pensar en la costa este, y específicamente, Nueva York. Y también, como indica el artículo, se piensa en el mundo académico. Pero aunque el exilio a Estados Unidos no era tan común que a otros países, seguramente hay casos de exiliados de la guerra que no terminaron estableciéndose en la costa este.
Hace un par de años, me mudé a Iowa (no soy originaria de este estado) y, al prepararme para enseñar un seminario sobre la GCE y el franquismo (una de las razones por haber empezado este blog), supe de una conexión cercana al tema de la guerra y el exilio. Se llama Ignacio V. Ponseti, y es médico. Que yo sepa, sigue vivo y tendría ahora 94 años.
Ponseti se conoce en este país por haber perfeccionado lo que terminó llamándose el "método Ponseti," una técnica para corregir la deformidad congénita del pie conocido como "club foot" en inglés (según parece, el propio hijo del doctor también padecía de esta condición). El padre de Ponseti era republicano, mientras que - como es el caso de tantas familias divididas por la contienda - su tío era líder "nacional," llegando a ser coronel. El doctor Ponseti terminó en el campo de concentración en Francia -- y posiblemente, sobrevivió aquella experiencia horrenda por haberse prestado como médico. En julio de 1939, con 24 años, salió de Francia para México, donde pasaría 2 años antes de venirse a la Universidad de Iowa para empezar sus estudios graduados. Pasó toda su carrera en esta universidad, estableciéndose en la localidad de Iowa City.
El otro día al leer el blog Diari d'un exiliat y luego, el artículo correspondiente en El País, un nombre se me saltó de la página: "el doctor Ponseti." El autor original del diario, Ramon Moral, lo escribió hace 70 años, y ahora, gracias a Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya, se ha colgado en la red en forma de blog. En una entrada del diario, fechada el 25 de marzo de 1939, Moral escribe:
A Ponseti, Huguet i Domínguez, s’hi afegeix Puig, un metge que hem trobat aquí. Hem parlat molt, ja que coneix el doctor Isern, de l’Hospitalet. Em diu que és a França.Ponseti m’ha promès de fer quelcom per trobar-me feina a l’Hospital, ja sigui de barber o d’una altra cosa.
Se puede encontrar información mucha más detallada sobre la trayectoria del Dr. Ponseti en el siguiente enlace:
http://www.uihealthcare.com/depts/med/orthopaedicsurgery/spanishcivilwarbook/index.html
Este libro, escrito por el Dr. Charles Hawtrey (profesor emérito de urología en la Universidad de Iowa), y editado por Laura Julier, se ha colgado totalmente en línea, con un PDF separado para cada capítulo que se puede descargar y guardar. Contiene algunos testimonios orales del Dr. Ponseti, al igual que reflexiones de sus colegas e información de trasfondo sobre la historia española en los años de guerra e inmediatamente después. No he sabido de su existencia hasta hoy. Para los interesados en la medicina, el libro contiene diagramas de heridas de guerra y habla del cuidado de heridas de bala durante la guerra. Se incluyen también fotografías personales del doctor Ponseti. Por desgracia, de momento sólo está disponible en inglés.
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