domingo, 6 de septiembre de 2009

Las obras de García Lorca inspiran otras

Visto en: El Plural.es

"Mudanza” muestra al público la vida del poeta basándose en los objetos que lo rodearon

Lorca presente en al Mostra de Venecia

EL PLURAL / ANDALUCÍA

Un emotivo recuerdo al poeta Federico García Lorca planea sobre el Festival Internacional de Cine de Venecia, en el que el director español Pere Portabella presentó hoy su filme "Mudanza", lleno de silencios y de elementos simbólicos en homenaje al literato granadino.

La cinta, de veinte minutos de duración, recoge, con sonido ambiente y sin ningún tipo de diálogo, el traslado de los objetos que alberga la Huerta de San Vicente, residencia de verano de los García Lorca en Granada, para acoger la exposición temporal "Everstill/Siempre todavía" en ese mismo lugar, que es hoy la Casa-Museo Federico García Lorca.

Presentado por el autor y la sobrina del poeta
El filme, que se exhibe dentro de los eventos paralelos de la sección "Orizzonti" y que se proyecta este sábado por primera vez para el público que acude a la Mostra, fue presentado hoy por el propio autor, a quien acompaña en Venecia la sobrina del poeta Laura García Lorca, sensiblemente emocionada con este homenaje.

Homenaje a Lorca
La cinta de Portabella es una película de símbolos y de vacío, de silencio, para conseguir que el espectador alcance su propia interpretación particular de las imágenes y rinda su propio homenaje al poeta.

Más que un retrato audiovisual
Todo en las imágenes de "Mudanza" contiene un significado y un sentido que va más allá del mero retrato audiovisual con movimientos de panorámica y de "steady cam" del traslado de unos objetos que aún hoy siguen emocionando a Laura García Lorca y a su familia.

Símbolos y silencio

De entre todos los símbolos, destaca la ausencia de cualquier diálogo o música, ya que el sonido ambiente es el único acompañante del espectador en este paseo por los recuerdos de uno de los más importantes literatos españoles. Los gritos de unos niños que parecen provenir del jardín de la Huerta de San Vicente o el canto de unos pájaros que se agolpan fuera de la casa serán los introductores del público en este paseo por la residencia de verano, para después dar paso, progresivamente al más absoluto silencio.


Ver también, en El Periódico:

Portabella revive en Venecia el espíritu de García Lorca

  1. El rupturista director catalán presenta fuera de concurso el corto ‘Mudanza’
  2. «Él, Dalí y Buñuel son básicos en el arte contemporáneo», afirma el cineasta
NANDO SALVÀ
VENECIA

Que un hombre de de 79 años sea este año el presidente del jurado de la sección Orizzonti de la Mostra de Venecia –en ella, después de todo, se da cancha a las últimas tendencias e innovaciones del lenguaje fílmico– tendría guasa de no ser porque ese señor se llama Pere Portabella. Y es no solo una de las figuras claves de la cultura catalana moderna, sino uno de los autores más rupturistas e iconoclastas de la historia del cine español.

«Siempre he tratado de apoyarme en lo que hicieron las vanguardias artísticas y de romper con los códigos aristotélicos de la narración», explicaba ayer Portabella en Venecia. «Lo que más me gratifica como cineasta es captar el silencio, lo que no se dice pero se piensa, lo que no se ve pero está ahí. La imprecisión de los textos es para mí la esencia del arte», añadió en alusión no a su labor como juez en la Mostra, sino a su nueva película, presentada fuera de competición.

Mudanza, cortometraje de 20 minutos, es esencialmente un homenaje al poeta Federico García Lorca. En él se retrata el traslado de los muebles de la casa de la Huerta de San Vicente de Granada (residencia de verano del escritor y su familia hoy convertida en la Casa-Museo Federico García Lorca), para así dejar espacio a la exposición temporal Everstill/Siempre todavía, celebrada el año pasado y en la que participaron Portabella y otros 29 artistas contemporáneos.

Obviamente, en Mudanza los objetos adquieren un importante significado simbólico. «Quería sacar todo el fetichismo de la casa, todo lo que estorba», afirma el director de El puente de Varsovia (1990) y El silencio antes de Bach (2007). «No quería que nada interfiriera en la relación que se crea entre el espectador y la personalidad de Lorca». Reconoce que, para su generación, el granadino ha sido un referente esencial. «Tanto él como Salvador Dalí y, sobre todo, Luis Buñuel, son tres personajes básicos del arte contemporáneo, sobre todo por el modo en que pelearon para reestructurar los códigos».

PERTINAZ LUCHA / El objetivo de la película, aclaraba ayer Portabella ante la atenta mirada de Laura García Lorca, sobrina del poeta y presidenta de la fundación que lleva su nombre, «era dejar al espectador enfrentado al vacío y empujarlo así a hacer su propia interpretación. Como decía Eisenstein, el argumento no está en la película, sino entre esta y la mirada del espectador, que debe ser el encargado de construir la historia a partir de las pistas que desde la pantalla se le ofrecen. Sin embargo, el cine habitualmente hace lo contrario. No deja espacios. Se llena de ruidos que explicitan pensamientos y reflexiones».

Sin duda, es por su pertinaz lucha contra esas convenciones reaccionarias que Portabella, confesó ayer, se siente mejor tratado por el mundo del arte que por el del cine. «Muchísimo más. Y eso que los artistas nunca nos han tomado en serio, siempre han percibido el cine como un mero divertimento. Pero, pese a que utilizo un lenguaje cinematográfico y uso grúas y travelines, perciben que estoy en su territorio».

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