miércoles, 3 de junio de 2009

"Zapatero es un rojo, lo ha dicho él." Tiempo de elecciones.

Justo antes de las elecciones (y poco después) en Estados Unidos la ultra derecha -- y la derecha -- hablaba de Obama marxista, Obama comunista, Obama socialista, muchas veces sin hacer ninguna distinción entre comunismo y socialismo, ni detenerse un segundo para explicar por qué merecía el candidato y luego, el Presidente, tal afiliación política. Y es que ni ellos mismos entienden las denominaciones; sin embargo, son perfectamente conscientes del peso de estos términos para gente de cierta edad. Resucitar el espectro de los años 50 y la era McCarthy era una manera en que los republicanos podían manchar la imagen popular de Obama. Hay que decir que lo último que está de moda es llamarle un "fascista," como se empeñan en hacer los de FOX y sus seguidores (¿cómo puede ser fascista y a la vez, marxista?), especialmente en los ridículos "tea parties" de hace unos meses.

Desde luego los republicanos no son el PP ni vice-versa, pero a veces los dos tienen algunas semejanzas impresionantes. Decir "rojo" en España resucita la imagen que alimentó Franco durante años -- la de las "hordas marxistas," los monstruos, los comeniños, y los perdedores. Una vez más Esperanza Aguirre no se ha podido callar, diciendo ayer que Zapatero "es un rojo, lo ha dicho él, y está encantado en ese papel que tiene" (ver artículo aquí, de EFE). La idea es provocar asco, miedo o cualquier emoción negativa hacia el Presisdente (por supuesto, antes de las eleccciones), el que, según la Presidenta de la Comunidad de Madrid, "representa la izquierda más radical que hay en Europa." Probablemente, Aguirre también está reaccionando al comentario de Zapatero sobre el colega de ésta, Jaime Mayor Oreja, quien dijo que el franquismo fue una "época de placidez." Zapatero: "Su pensamiento nos retrotrae 30 o 40 años. No me extraña que dijera que el franquismo fue una época de placidez."

Respondiendo los comentarios de Aguirre, Jordi García-Soler, en El Plural, ha preguntado en un breve artículo de opinión: "¿Quiénes son, ahora y aquí, los 'azules? ¿Se sienten todavía orgullosos de serlo? ¿Se atreverán algún día a condenar el franquismo?" Sí, entiendo que El Plural es un periódico "progresista," como proclama en su web. Pero las preguntas del periodista no son irrelevantes. "Rojo," en boca de personas como Aguirre, anuncia su herencia, la del partido fundado por franquistas.

Lo cierto es que también ha habido casos de personas tachando de "franquista" a sus opositores. Que palabras como "rojo" y "facha" siguen flotando por allí, sobre todo entre políticos de izquierda y derecha en temporada de elecciones, significa que algo no se ha resuelto. Pero mientras que muchos llamados "rojos" ya han aceptado y hasta se han orgullecido de esta frase, así re-apropiándola de quienes la abusaron y la siguen usando mal, los "azules" (palabras de García-Soler) nunca pueden admitir que son herederos del franquismo (en caso de algunos, como Mayor Oreja, son franquistas, porque apoyan abiertamente la ideología franquista). Pongo herederos porque es esa "herencia" a la que se refiere Aguirre -- es la guerra de los nietos.

La estrategia de la derecha, con respecto a la memoria del pasado franquista, significa echar "más tierra sobre las fosas," como ha dicho Pep Juárez en otro contexto (el del caso de Garzón) en Rebelión. Decir "rojo," admitir querellas contra Garzón, incumplir la Ley de Memoria, decir que el franquismo fue una "época de placidez". . .son fórmulas para el olvido, para que el PP pueda empezar de cero, tabula rasa.

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