Del diario Público hoy: "Rechazan el apoyo a Garzón de víctimas del franquismo". Según el artículo, el Supremo no sólo se ha negado a considerar las peticiones autoinculpatorias de los colectivos de las víctimas del franquismo, sino que además ha agregado sus comentarios fríos e innecesarios, regañando públicamente a los que más interés y atención les debería estar demostrando (subrayo en amarillo las citas del Supremo):
"El Supremo entiende que los colectivos 'carecen de legitimación" para personarse en el procedimiento y les dice que deben "abstenerse de perturbar la jurisdicción del Tribunal Supremo con peticiones infundadas y manifiesto abuso del derecho'. Fuentes jurídicas criticaron esta forma de expresarse del Alto Tribunal, en la creencia de que ha olvidado que se trataba de víctimas."
Me ha estado costando un poco entender -- no por el español, sino por todo el lenguaje jurídico --la querella contra Garzón, y sólo por eso no he comentado aquí el caso antes (por favor, si alguno de vosotros desea explicarme cómo ve la situación desde allí, y en términos jurídicos básicos, os lo agradecería mucho, y estaría feliz de colgar los comentarios correspondientes en un "post" en este blog). Pero lo que sí entiendo es que me parece increíble que esto haya llegado hasta donde ha llegado, y que, encima, y después de tantas injusticias y decepciones, las víctimas del franquismo y sus familiares tengan que aguantar ya otra bofetada.
Es verdad que el juez Garzón ha ayudado a llamar más atención hacia el caso de las víctimas del franquismo, pero su figura ha dominado y hasta diría que ha tapado la cuestión verdadera que yace bajo toda la discusión de su "incompetencia," la querella contra él, su estatus de "juez estrella," etc. Esa cuestión sigue siendo el estado de las fosas comunes y los desaparecidos y qué se está haciendo o no para ayudar a que se localicen, se excaven y se documenten apropiadamente las fosas, para que las víctimas puedan tener de una vez sepulturas dignas.
"Manos limpias" (y otros grupos) están llevando a juicio al juez Garzón (y a su vez el sistema jurídico existente y el gobierno socialista actual), porque es una manera estupenda de cambiar de tema. Es decir, investigar al juez es una táctica genial de dejar en el olvido las fosas comunes, y a todas las víctimas citadas en el auto de Garzón. ¿Por qué hablar de los crímenes del franquismo cuando se puede hablar de los delitos del juez -- su dicha incompetencia, su arrogancia, o el dinero que ganó dando cursos en Nueva York, o la beca que recibió su hija? Estas son unas estrategias perfectamente coordinadas (aunque dudo que sean planeadas así) para desplazar las voces de las víctimas del franquismo y sus familiares, y de los que firmaron sus nombres autoinculpándose en el apoyo a Garzón.
Que el Supremo dice "no, aquí no se admiten estas peticiones" es ya otro intento de "cerrar el libro" al discurso memorialístico, de desviar la atención del público. Puede ser, yo no sé, que en términos jurídicos, sea verdad que el Supremo no tenga que admitir las peticiones de los colectivos de víctimas. Aún así, es ofensivo que diga que actúan con un "manifiesto abuso del derecho." El abuso del derecho -- de los derechos -- está aquí, en la foto de abajo, y en los esfuerzos continuos de enterrar la memoria del franquismo.
Esta es la foto que importa, no la que colgué al principio de este post.
2 comentarios:
Buenos días, le remito este enlace en el que podrá comprender perfectamente el proceso jurídico en el que Garzón se encuentra inmerso. http://www.ishkarioth.com/advocatus/2010/04/ley-de-amnistia-validez-y-vigencia/ Un saludo.
Gracias, Acamante. Ya echaré un vistazo al blog que me indicas. Saludos, Kathy
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