jueves, 16 de octubre de 2008

Un día histórico: el auto de Garzón

Esta mañana, he leído con emoción en la portada de El País que el juez Baltasar Garzón, cuyo nombre he mencionado aquí en otros momentos, investigará la represión franquista.



Hace sólo unos meses, la ARMH y otras organizaciones a favor de la recuperación de la memoria histórica, criticaron al juez Garzón por asistir a las exhumaciones de fosas comunes en otros países (Colombia) y no a las de España (ver este blog, el 28 de agosto). Pero desde entonces, se le ha entregado un informe de los nombres de más de 100.000 víctimas del franquismo, tal y como ha pedido el juez.

No he visto, desde la aprobación de la Ley de Memoria, tantos artículos diarios sobre la recuperación de la memoria histórica como he visto estas últimas semanas. Hay días en que se puede leer en
El País un editorial, un artículo en "Cultura," y otro en "España" sobre la guerra, el franquismo y/o la recuperación de la memoria histórica (las exhumaciones, el caso de Lorca, etc.). La verdad es que no suelo leer tanto ABC, El mundo u otros periódicos nacionales o regionales, y debería, porque conozco bien las inclinaciones políticas de El País. He agregado a mi lectura un vistazo diario a Público.com (sitio web que encontré gracias al blog del escritor Isaac Rosa) y Cadena Ser, este último sitio mayormente por los archivos de audio que se pueden descargar. Dondequiera que se publiquen los artículos sobre el auto de Garzón, no hay nada que pueda borrar lo que el juez ha empezado hoy.

Específicamente, el juez Garzón ha preparado un auto de 68 folios (disponible en formato PDF para descargar en el sitio Web de
El País) en que apunta que "'los vencedores de la Guerra Civil aplicaron su derecho a los vencidos y desplegaron toda la acción del Estado para la localización, identificación y reparación de las víctimas caídas de la parte vencedora, no aconteció lo mismo respecto de los vencidos que además fueron perseguidos, encarcelados, desaparecidos y torturados por quienes habían quebrantado la legalidad vigente al alzarse en armas contra el Estado'" (citado en "Garzón investigará la represión franquista y abrirá la fosa de Lorca"). Ciertamente, es importantísimo tal declaración, pero también lo es la pedida del juez que el "Ministerio del Interior. . .identifique a los máximos dirigentes de Falange desde el 17 julio de 1936 hasta el 3 de diciembre de 1951" y su afirmación que Franco y 34 otros acusados están implicados "en desapariciones ilegales, dentro del contexto de crímenes contra la Humanidad." Aunque a estas alturas sea un acto puramente simbólico, el juez ha llegado incluso a pedir los certificados de defunción de los involucrados, para probar que ya no pueden ser juzgados en un tribunal. Según un artículo de la BBC, "Judge Garzon's document names Gen. Franco and 34 of his senior aides as the instigators of the alleged crimes. He even asks that their death certificates be produced, to prove that they can no longer face prosecution" (leer artículo original aquí).

"Crímenes contra la Humanidad" es una frase que se oye mucho, y, por lo menos en la manera en que yo he observado su uso, tiende a mezclarse o confundirse con "genocidio" y "crímenes de guerra." El profesor, y experto en crímenes de guerra para la ONU, M. Cherif Bassiouni, ha hablado de la distinción particular entre estas tres frases en un artículo del Crimes of War Project, un sitio colaborativo que examina las leyes de guerra y cómo se aplican y cuya meta es: "
to promote understanding of international humanitarian law among journalists, policymakers, and the general public, in the belief that a wider knowledge of the legal framework governing armed conflict will lead to greater pressure to prevent breaches of the law, and to punish those who commit them."

De acuerdo con Bassiouni, se puede distinguir del genocidio o del crimen de guerra un crimen contra la Humanidad, a pesar de que entre las tres categorías puede haber ciertos elementos en común: "
To some extent, crimes against humanity overlap with genocide and war crimes. But crimes against humanity are distinguishable from genocide in that they do not require an intent to “destroy in whole or in part,” as cited in the 1948 Genocide Convention, but only target a given group and carry out a policy of “widespread or systematic” violations. Crimes against humanity are also distinguishable from war crimes in that they not only apply in the context of war—they apply in times of war and peace." Recomiendo ver aquí el artículo completo para más información.

Un crimen contra la Humanidad es el crimen de nivel más grave que se puede cometer: significa hacer "un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque" e incluye, según el Estatuto de Roma de 1998, 11 tipos de actos: el asesinato; el exterminio; la esclavitud; la deportación o traslado forzoso de la población; el encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en violación de normas de derecho internacional; la tortura; la violación; la persecución de un grupo o colectividad; la desaparición forzada de personas; el crimen de apartheid; y otros actos inhumanos (para más información ver la entrada de Wikipedia aquí o el artículo 7 del Estatuto de Roma aquí).

Sin duda, el auto de Garzón va a marcar, para algunos, un día histórico para España. Sin embargo, para otros, representará ya otro intento de "abrir heridas" o "remover el pasado." Antes, he comentado aquí que me parece admirable el trabajo de Garzón, aunque se hable de él como el "juez estrella" o se diga que sus motivos no son del todo humanitarios. Sigo pensando que hace falta una figura como él, que aboga por la justicia. Pero quisiera terminar esta entrada enfatizando una vez más el trabajo que han hecho cientos de voluntarios anónimos: ante todo, las familias, los amigos y los vecinos de los desaparecidos, que han preguntado por y han investigado el paradero de sus seres queridos. La ARMH empezó de forma totalmente voluntaria: con un hombre, Emilio Silva, que buscaba a su abuelo desaparecido. También es preciso recordar a los investigadores, antropólogos forenses, arqueólogos, historiadores - con o sin nombre - que han estado presentes en las exhumaciones, en los archivos, en las hemerotecas. Es posible que Garzón termine siendo el "rostro representativo" de este momento histórico, pero no se debe de olvidar a las demás personas, sin cuya ayuda y atención no se habría llegado hasta aquí.


Un saludo especial a Rafael Guerrero, que dirige el programa de la radio y el blog "La memoria."

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