Justicia
MANUEL RIVAS
EL PAÍS - Última - 11-09-2010
Hace muy poco, en el 2001, Argentina era un país desahuciado. Si en Europa hoy hablamos de crisis, lo que vivió ese país fue una joda total. Millones de familias perdieron los ahorros. Los viejos que entregaron sus pensiones a fondos privados, animados por los loros del neoliberalismo mágico, se encontraron de repente en la indigencia. La pasta de los más ricos, avisados, emigró como las golondrinas. Los barrios del Gran Buenos Aires se autoorganizaron para dar de comer en ollas populares. Hoy Argentina levanta algo más que la cabeza, pese al mangoneo de una oligarquía prepotente, bendecida por una curia pendiente de exorcismo. Trazos cavernícolas que se prestan, sí, a un paralelismo con la España del Último Día. Sería recomendable que unos y otros viesen Tatuaje, donde se lleva a la escena la vida de Miguel de Molina, el cantor torturado por esbirros de Franco y que encontró refugio en América, con la ayuda de Evita. Por cierto, pocos países en el mundo tienen el pulso cultural que hoy tiene Argentina, donde también se está escribiendo el mejor periodismo literario. Agarren, si pueden, Frutos extraños, de Leila Guerriero, y Si me querés, quereme transa, el último de Cristian Alarcón. En el renacer después de la ruina, algo habrá tenido que ver la presidenta Cristina Fernández, denostada por la derecha como una bruja. Pocos países en el mundo de hoy han avanzado tanto en el campo de los derechos humanos. No he llegado a esta conclusión por birlibirloque. Lo pienso al salir de un juzgado en Comodoro Py, donde he podido asistir, como un ciudadano cualquiera, al juicio a la plana mayor de la ESMA, el centro de la Armada que la dictadura convirtió en un matadero. Y me ratifico al leer la resolución de la Cámara Federal, que se dispone a investigar el genocidio franquista si no lo hace la Justicia española. Gracias, Argentina.
4 comentarios:
Estimado Manuel, creo que su comentario, aunque posiblemente guiado por las mejores intenciones, adolece de diversas inexactitudes y denota un conocimiento alarmantemente superficial de la historia y la actualidad política argentinas. La visión del país oprimido por una "oligarquía prepotente, bendecida por una curia pendiente de exorcismo" es muy buena para una novela de ficción pero tiene poco que ver con la realidad. Acaso sea ella cierta en muchos países latinoamericanos o aún en una España no muy lejana, pero no es el caso argentino. Le recuerdo que desde finales del siglo XIX el país ha consagrado el laicismo en la enseñanza pública y hasta casi mediados del pasado siglo, más allá de las creencias de sus gobernantes, la iglesia no ejerció un rol político decisivo. Es más, fue justamente con el advenimiento de Perón, indisimulado entusiasta del fascismo mussoliniano, y de Evita, que se decretó la enseñanza religiosa en las aulas. El país abierto al mundo, exitoso y pujante que atrajo a millones de inmigrantes (los entrañables “gallegos”) debido especialmente a la gran movilidad social que ofrecía fue justamente la nación pensada y plasmada antes del advenimiento del peronismo. Es verdad que Evita acogió a Miguel de Molina como también lo es que esta admiradora de la España franquista provocó el exilio de numerosos artistas locales, las mas de las veces por celos o caprichos personales más que por razones ideologicas. Finalmente al afirmar que “pocos países en el mundo de hoy han avanzado tanto en el campo de los derechos humanos” demuestra, como mínimo, ignorar los valores con los que se maneja la pareja gobernante, su cínico oportunismo político, la desmedida voluntad de Poder y la tergiversación de la historia reciente. Aún sin explicitarlos, como su mentor, el General Perón a veces lo hacia, los métodos mussolinianos son moneda corriente en la práctica política. Mientras ellos hacian negocios y se enriquecian durante los luctuosos años 70, el grueso de la población argentina se desangró entre la violencia política de grupos armados que, por un lado,inspirados en la Revolución Cubana pretendian el copamiento del Estado a partir de la derrota de las Fuerzas Armadas y, por otro lado, organizaciones militaristas que encaramadas en el Poder (primero del gobierno peronista y luego del gobierno militar) pretendieron, burlando la aquiescencia general de la ciudadania, no solo resistir al embate totalitario sino perpetuar su propio infierno liberticida. Tal vez haya un renacer cultural. Los asesinos deberian estar presos, pero en una guerra todos los participantes lo son de alguna forma. Los jueces pueden juzgar a las personas mas no condenar el pasado. Creo que tanto la historia reciente como la realidad actual de los argentinos es demasiado dolorosa como para juzgarse a la ligera con unos pocos clichés mal aprendidos.
Un saludo
Osvaldo Pérez
Estimado Osvaldo,
Le agradezco su participación en el blog. Gracias por el comentario/carta. Recomiendo que se dirija al editor de El País, que es donde apareció el artículo del escritor y periodista Manuel Rivas, alguien que siempre ha defendido los derechos de las víctimas del franquismo y otras injusticias. Quizá se publique un fragmento.
Un cordial saludo,
Kathy
Manuel....
Gracias por esta nota....te cuento que aqui, en arg, los diarios clarin y la nacion suelen reproducir notas del diario donde se publico "gracias, argentina"...en gral, va, en relidad, siempre que sea algo en contar de la arg o en contra del gobierno.
Esta no!!!! ah!! y habla con los jovenes....yo, como muchos, gracias a este gobierno estamos aprendiendo, ya casi con 24 años, a ser ciudadanos!!!! despertando!!!! saludos.....matias!
Osvaldo, crees saber sobre historia argentina pero afirmás que "la iglesia no ejerció un rol político decisivo". ¿Sos realmente conciente de la afirmación que escribiste? Podes ser católico practicante y apoyar a la Iglesia pero nunca podrías negar el rol tremendamente poderoso de esa institución. ¿Te acordas de "La Revolución Libertadora"; del golpe de Estado del `76? ¿Recordás la polarización que hizo con la última ley de matrimonio gay como también con la del divorcio en el Gobierno de Alfonsín? Decís que con el advenimiento de Perón se decretó la enseñanza religiosa en las aulas, ¿por qué te pensás que habrá sido, porque no ejercieron un rol político decisivo? Si eligieron a la religión católica y no a otras es justamente por su peso político, por la gran cantidad de fieles que poseen en este país.
Otra cosa, pretender decir que en la Argentina de los `70 hubo una guerra, es, como mínimo, aberrante. Una guerra es tal cuando se encuentran 2 potencias en un similar equilibrio de fuerzas; ¿te parece Osvaldo que tal cosa ocurrió en los `70? "Los Montoneros" (el mayor grupo guerrillero de aquella época)llegaban a casi 8000 gerrilleros, de los cuales sólo 1000 sabían sobre armas y tácticas; el resto fue la carne de cañón de Firmenich y Cía. Peleaban contra un Estado con más de 100 000 soldados, todos entrenados, con todo un aparato militar y económico a su lado y sin olvidar un pequeño detalle, el apoyo incondicional de la nación más poderosa de la historia, EEUU (La escuela de las Américas en Panamá). También pretendo que se castigue a las matanzas hechas de desde Montoneros y demás guerrillas (como ajusticiar policías desprevenidos por la espalda sólo para robarles su arma)pero nunca exigiría que se mida sus crímenes con la misma vara que los realizados por los militares. Es una épca en la que se ha hecho mucho por los derechos humanos y es algo para reconocerle a este Gobierno, más allá de su oportunismo político (como lo son TODAS las decisiones políticas). Ninguna decisión gubernamental en el mundo es políticamente inocente.
Bueno Osvaldo, solo pretendí dar a conocer mis ideas. Un respetuoso saludo.
Gastón
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