lunes, 20 de septiembre de 2010

Adiós a José Antonio Labordeta



Adiós a los que se quedan
y a los que se van también.
Adiós a Huesca y provincia
a Zaragoza y Teruel.

Esta es la albada del viento
la albada del que se fue
que quiso volver un día
pero eso no pudo ser.

Las albadas de mi tierra
se entonan por la mañana
para animar a las gentes
a comenzar la jornada.

Arriba los compañeros
que ya ha llegado la hora
de tener en nuestras manos
lo que nos quitan de fuera.

Esta albada que yo canto
es una albada guerrera
que lucha porque regresen
los que dejaron su tierra.

2 comentarios:

Armando Moncada dijo...

Amiga: entrando a tu blog me entero y me lleno de pena; Labordeta era, para mí, una de esas personas sobre las que uno, inconcientemente, da por descontado que son eternas e inmunes a las miserias de lo corpóreo, del existir biológico y que, como siempre andan por allí, pues, acabaremos topántonos con ellas en cualquier bar, en cualquier sala de conferencias, en algún festival.
Nunca pude conocerlo personalmente.
Siempre, durante mis viajes a España, te repito, tuve la convicción fantástica de que lo encontraría en la tasca de la esquina y me tomaría con él unas cañas, como me aconteció algún día felíz de los años setentas y ochentas con Alberti y con Giuseppe di Stéfano.
Qué pena, es de las ausencias que calan hondo, hondo.
Ahora, su figura pasa a mi retablo láico personal, en el que caben muy pocos.
Saludos.

engrama dijo...

Amigo Armando,
Qué sentidas reflexiones! Casi son dignas de su propio post. Gracias por compartir tu homenaje personal a Labordeta. Juntos escuchamos su voz, que traspasa fronteras, edades y lenguas. Un brindis, en recuerdo de Labordeta, con esa caña que dices...
Un cordial saludo,
Kathy

Related Posts with Thumbnails