jueves, 19 de agosto de 2010

Si no ahora, ¿cuándo?

Especialmente en tiempos de "la crisis," a los políticos les encanta hablar de gastos excesivos por parte de los del otro partido. Ha sido muy conveniente utilizar el tema de la memoria histórica para subrayar gastos que a algunos les parecen innecesarios. La idea de que las fosas comunes tienen que esperar hasta que haya más dinero es una idea errónea y dañina para España, y para cualquier país en que sigue habiendo desaparecidos y fosas comunes. En otro momento, quisiera retomar la cuestión del dinero y la memoria histórica, pero por ahora, me limito a preguntar, ¿si no se hace ahora, cuándo se va a hacer? Después de décadas de espera, ahora han de esperar aún más las familiares de estas víctimas??? La cita del primer párrafo del artículo de abajo realmente me pareció insensible y muy poco pensada. Pero siempre es más fácil criticar el uso del dinero de los demás que mirarse al espejo.

De: El Plural.com

Gerardo Rivas
Grosso Modo

Luis María Anson, muy preocupado por las subvenciones de la Memoria Histórica

A la derechona de este país siempre le ha preocupado el despilfarro del dinero público. Quizás por ello tiene cierta tendencia a considerarlo privado cuando lo gestiona y a guardarlo a buen recaudo, cuando ya es suyo, en herméticas “cuevas financieras” -a las que también llaman paraísos fiscales-. Esta inquietud por el derroche se ha visto reflejada en un artículo del pasado martes día 17, que publica Luis María Anson, en el periódico digital que preside: El Imparcial. Su título es muy explícito: “El negociete de la Memoria Histórica”.

Según el Príncipe de Asturias de la Comunicación, las subvenciones de las Administraciones Públicas para financiar la búsqueda y exhumación de los restos de personas asesinadas durante el franquismo y arrojadas a cunetas o fosas comunes, se conceden según el siguiente ritual: “Un grupo de amiguetes funda una asociación para exhumar esqueletos. Piden una subvención. Zapatero les otorga 60.000 euros. Los amiguetes destinan 2.000 euros a la camelancia de las excavaciones y se reparten los otros 50.000 entre ellos. El negociete está hecho.”

Pasando por alto las expresiones hirientes del ilustre académico del sillón de la “ñ” minúscula -como, por ejemplo, “la camelancia de las excavaciones”- referidas en un contexto que trata de la exhumación de los restos de personas asesinadas, quisiera hacer hincapié en la oportunidad del artículo.

Todos los medios de comunicación del día anterior daban como noticia destacada que el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, había destinado otros dos millones de euros -¡y van ni se sabe!- a la Fundación V Encuentro Mundial de la Familia, cuya exclusiva finalidad fue la de organizar la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en el año 2006.

Se da, asimismo, la circunstancia de que esta fundación está presuntamente vinculada con el caso Gürtel y sus cuentas han sido reclamadas por el juez que instruye este caso en el TSJ de Madrid. La única información de la que se dispone sobre esta opaca fundación es que declaró en 2006 gastos por más de 12 millones de euros, aunque, eso sí, sin detallar los encargos ni los contratistas elegidos, y cerró ese año con unas pérdidas de 2,8 millones.

Resumiendo, en el día que se conoce que el gobierno valenciano del PP aporta 2 millones de euros -que se suman a otros dos que fueron donados en febrero- a una fundación investigada por presunta corrupción y que lleva, cuanto menos, 12 millones de euros gastados en los fastos de la visita papal de 2006, sin que se sepa a quién, cómo y porqué se pagó este dinero; en ese mismo día, repito, la preocupación del Príncipe de la Comunicación se centra en el despilfarro que podría producirse con las subvenciones otorgadas para la exhumación de los restos de las víctimas del régimen franquista o como dice el académico del sillón de la “ñ” minúscula con “la camelancia de las excavaciones”.

Pero ahí no queda la cosa. Anson termina su artículo dirigiéndose al presidente del PP y jefe de Camps al que le hace la siguiente recomendación: “El espectáculo da vergüenza. Rajoy debería desenmascarar uno a uno a los beneficiados por Zapatero en este capítulo inacabable de la memoria histórica”.

Como me figuro que Rajoy atenderá con diligencia la recomendación del ilustre académico, yo me atrevería a hacerle otra. Cuando termine con el desenmascaramiento encargado por el ilustre académico, vuelva su mirada y atención hacia sus propias filas y desenmascare, también, las eventuales corrupciones, cohechos, concesiones en concursos y subastas públicas fraudulentas, prevaricaciones, apropiaciones indebidas, delitos contra la Hacienda Pública, tráficos de influencias, malversaciones y, en fin, otras presuntas irregularidades que hayan podido protagonizar cargos electos, y no, del partido que dirige como los que son, o fueron, presidente de la Comunidad Valenciana, tesorero nacional de su partido, consejeros, diputados y senadores nacionales y autonómicos, alcaldes, concejales y, en fin, decenas de altos miembros de su partido.

Y cuando haya desenmascarado a todos y haya tomado las medidas adecuadas para su erradicación, puede analizar con lupa que ni un sólo euro, concedido para la exhumación de los restos de las víctimas del franquismo, no haya tenido el destino para el que fue otorgado. No es ético exigir limpieza en las casas de los demás cuando la propia se tiene hecha unos zorros.

Gerardo Rivas Rico es Licenciado en Ciencias Económicas

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