viernes, 14 de mayo de 2010

Editorial de Beatriz Gimeno sobre la suspensión de Garzón

Visto en: El Plural

BEATRIZ GIMENO
15/05/2010

Por mi madre y mi abuelo


El viernes me llamó mi madre cuando estaba durmiendo la siesta y me puse de muy mal humor. Me pongo así cuando me despiertan, tengo muy mal despertar. Me dijo: “Han suspendido a Garzón” y yo pensé: “Vaya noticia”. Lo había visto en el telediario y, además, era lo esperado. No había sido en absoluto una sorpresa. Volví a dormirme y cuando desperté la llamé a ver qué quería. No me contestó y yo dediqué la tarde a hacer mis cosas. No pude ir a la concentración delante de la Audiencia pero estuve hablando por el móvil con gente que estaba allí, tuve que quedarme en casa.

En fin. A las ocho de la tarde por fin mi madre descolgó el teléfono. Estaba llorando, me asusté mucho, pensé que la había pasado algo y así era pero no lo que yo pensaba. Me dijo: “Han suspendido a Garzón”. “Ya lo sé, era lo que se esperaba, pero aún hay que juzgarle”, dije yo, “pero ¿qué te pasa?”. Y volvió a repetir: “Los fascistas han echado a Garzón”, y añadió llorando: “Tú no sabes lo que eso significa para mí”. Me quedé helada, es cierto. En ningún momento de este proceso he pensado en mi madre, hija de un militar republicano a quien ella, cuando era niña, siguió por varios campos de concentración en España. No lo pensé, mi madre no habla mucho de política, ni de fascistas, ni de la guerra.

El viernes sólo acertó a decir eso: “Tú no sabes lo que eso significa para mí” y después añadió: “Tener que ver a esos fascistas, asesinos, que nos destrozaron la vida, y verles ahora diciendo que ha triunfado el estado de derecho…No hay estado de derecho, no hay nada, ellos ganan siempre”. La verdad es que no supe qué decir a mi madre, la tranquilicé, le aseguré que Garzón será declarado inocente y colgué muy nerviosa, nunca la había visto así.

Después, por la noche, pensé en mi abuelo. Era militar de carrera y un hombre de ideas que hoy consideraríamos conservadoras. Desde luego no era de izquierdas. Por eso, un día, siendo yo una adolescente de izquierdas que se peleaba con él le pregunté, rabiosa, que si era tan conservador por qué había luchado por la República. Me miró muy extrañado y me dijo: “Porque eso fue lo que yo juré. Juré lealtad a la República sabiendo lo que juraba, nadie me obligó. Yo nunca traiciono un juramento. Fui leal, simplemente.” Perdió la guerra, fue condenado a muerte, se la conmutaron finalmente y pasó años en varios campos de concentración. Después fue depurado, no podía trabajar, sufrió humillaciones sin nombre, como mi abuela, como mi madre. Mi madre dice que su infancia fue un infierno.

Esa misma humillación la sentimos muchas personas el viernes. No es sólo por Garzón por lo que ahora nos sentimos humillados. Es que en todos estos años de democracia no hemos podido ver la justa reparación para quienes dieron la vida por mantenerse leales, por no traicionar. Y no es sólo ver a Garzón injustamente apartado, es mucho más que eso. Es que, en realidad, mi madre tiene razón. Es que los fascistas han vuelto a ganar, como entonces. Espero no morirme sin ver a Varela juzgado por prevaricador.

Beatriz Gimeno es escritora y ex presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales

1 comentario:

Carmela dijo...

Este esclarecedor artículo de Beatriz Gimeno da una repuesta contundente a los que pueden pensar que el interés por la defensa justa del juez borronee los crímenes de Franco y a tu post:" La pregunta no es retórica".
"No es sólo por Garzón"-manifiesta la escritora.
Ilustrativos ambos!
Abrazos!

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